Sinopsis

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Salta, 1970. El asesinato de una pareja de ancianos en Villa Primavera, puso en jaque a la policía que no podía resolver el caso. Cuando encontraron a los probables sospechosos un periodista profundizó la investigación descubriendo la inocencia de los acusados. Su tarea lo llevó a revelar la oscura historia de los oficiales involucrados, quienes años mas tarde, protagonizarían el asesinato de 12 militantes de izquierda en lo que se conoció como “La masacre de Palomitas”.

SINOPSIS


Alberto Guari, integrante de una comparsa de Villa Primavera, un barrio periférico de la ciudad de Salta, se despide de su madre y se aleja junto a sus amigos. Era la noche del viernes 13 de Febrero de 1970 y llovía torrencialmente. Al llegar a la parada de colectivos, los jóvenes se refugiaron de la lluvia afirmándose en una puerta de la despensa “El Sol Saliente”. Sin esperarlo, esta cedió y los muchachos cayeron al piso del local. Animados por la oscuridad del lugar, quisieron aprovechar la oportunidad para hacerse de unos cigarrillos. En ese momento se cortó la luz en todo el barrio lo que permitió que los jóvenes huyan sin siquiera tomar en cuenta que 2 cadáveres yacían en el pasillo del local. La pareja de ancianos que allí vivían, habían sido asesinados sin conocerse el motivo del hecho.

Días después, mediante conferencia de prensa, se informó que un grupo especial de la policía, dirigidos por Joaquín Guil, procedió al arresto de los asesinos quienes confesaron su culpabilidad. Sin embargo, Néstor Quintana, un joven periodista del diario Norte, quedó impactado con los rostros atemorizados de los jóvenes detenidos, eran Guari y sus amigos. Néstor solicitó insistentemente al juez de la causa el permiso para realizar una entrevista a los muchachos, éste cedió al pedido del impetuoso periodista. En el reportaje Quintana logró ver las secuelas de los golpes en el torso del joven quien sostenía su completa inocencia.

En todo el país corrían vientos de represión, desaparición y muerte. Salta, empobrecida en aquel entonces, no estaba exenta de esa situación que se acrecentaba por el carácter altamente conservador de su población. Investigar a la policía en esa época de la historia argentina podía costarle la vida a cualquier periodista, pero Néstor no dudó un segundo y se hizo cargo del caso. La redacción del diario pasó a ser su primer hogar y la máquina de escribir su arma más letal. El camino recorrido fue acompañado por las tapas del diario Norte que expandían la información obtenida a todos los rincones de la ciudad. Poco a poco, los periodistas fueron desentrañando las regularidades de la versión oficial. Primero con el testimonio de los jóvenes que gritaban su inocencia, en segundo lugar, descubrieron que los muchachos no estuvieron en los “boliches” como aseguró la policía. Mas tarde, la investigación sembró dudas sobre el horario del asesinato que según la policía sucedió a las 24.00 y según los vecinos a las 23.00. Todas estas pruebas no lograban la libertad de los inculpados, sin embargo los periodistas no claudicaron en su búsqueda, que dio sus frutos a los pocos días. Cuando el tiempo parecía no dar treguas, llegó a manos de Quintana la prueba final de la inocencia, un ticket de ingreso que demostraba que los jóvenes no se encontraban en el lugar del hecho a la hora del asesinato. Paralelamente otro grupo de la policía conocido como “La patrulla del camino” (enfrentado internamente con el grupo de Guil) descubrió a los verdaderos asesinos cuando un ebrio en un bar balbuceó una pista clave. La tapa del diario Norte del día 1 de marzo de 1970 llevaba como título principal la palabra “INOCENTES”. Sobrevino un escándalo policial que involucró a altos mandos de la fuerza y las miradas se posaron en el escuadrón de investigación.

El diario tomó un rol protagónico en el caso y Néstor Quintana continuaba con su labor de investigación, que cada vez más hundía las versiones policiales. La búsqueda de Néstor comenzó a arrojar datos oscuros sobre el grupo de tareas, sin embargo, la situación política en el país se tensaba y Salta no era ajena a ese contexto. La liberación de los cuatro jóvenes llenó de algarabía a toda Villa Primavera, sus hijos eran libres. La emoción de las familias llevó a cientos de personas a marchar por las calles de la ciudad rumbo al diario Norte. La policía provincial reprimió salvajemente esa manifestación. La información recopilada por Quintana ponía incómodo a más de un funcionario del Estado y las “presiones” hacia el periódico y el periodista no demoraron. El diario Norte, frenó la investigación, Néstor debió callar.

Años más tarde, en plena dictadura militar, algunos miembros del la policía, involucrados en el escándalo, acribillaron a 12 militantes de izquierda en el paraje Palomitas, a pocos kilómetros de Salta capital. Joaquín Guil, además, se encuentra investigado por la desaparición del ex gobernador Miguel Ragone, único gobernador desaparecido en la historia Argentina. Estos policías forman parte de una herida que aún no fue cerrada y que esta siendo juzgada en los tribunales salteños. Hoy, Néstor Quintana, esta vez como docente en la carrera de periodismo, convoca a las nuevas generaciones a la búsqueda de la verdad en la labor informativa. Espera algún día reencontrarse con Guari.

“Inocentes” es un documental que recrea el trabajo de periodistas que se enfrentaron a algunos de los torturadores mas grandes que pisaran suelo salteño. El caso policial es solo un elemento más de un debate más profundo que nuestra sociedad se apresta a dar: las acciones de las fuerzas de represión en los años de plomo y el rol de los medios de comunicación en la sociedad. El film cuenta una historia con un sin fin de tramas cinematográficas de suspenso, de drama, de valentía. Pero es una historia real que sucedió bajo la tormenta del viernes 13 de febrero de 1970 en la ciudad de Salta y que por primera vez será llevada a la pantalla.